¿De qué somos capaces?

¿DE QUÉ SOMOS CAPACES?

           Con cada decisión que tomamos, con cada pensamiento, con cada actitud, nos vamos haciendo personas. Pero hay unas decisiones, pensamientos y actitudes que nos construyen y otros que pueden llegar a destruirnos. Por muchos condicionantes que puedan afectarnos, la última opción está en nuestras manos.
          Las siguientes personas han sabido, en medio se situaciones de mal y de sufrimiento, abrir la puerta del bien, como ya dije en mi última entrada, su propio bien. Cuando se elige el perdón, la vida de una persona puede ser maravillosa fecunda y creadora de nueva vida. La fe en Jesús ha sido fundamental para ello.


"Eres preciosa y Jesús te quiere"

             Sufrió abusos en la infancia. Ejerció de prostituta desde los 18 hasta los 26. 
Su vida cambió el día que se sintió salvada per Jesús de la muerte, que le acechaba por una sobredosis de droga. Desde entonces, ayuda a prostitutas y a cualquiera que se haya visto en las redes de la exploración sexual. “Estoy para ayudar, no para juzgar”. Por ello ha creado la asociación Hookers for Jesus.
            Ella ha recurrido al perdón: “Si Jesús podía perdonarme, yo también puedo perdonarme. Así lo hice, a pesar de todas las cosas horribles que había hecho y la culpa se me quitó de la espalda”

            Se podría a razonar que la vida es una serie de acontecimientos horribles. Que si ponemos un poco de nuestra parte podremos evitarlos. Inevitablemente nos toca pasar por estas cosas queramos o no. Aunque hay gente que buscando cobre encontró oro. Es el caso de Anne, ella hacía una mala vida, buena para ella, hasta que llegó al límite. Ahí conoció a Dios. Mucha gente encuentra a Dios haciendo diferentes cosas: ayudar a los mendigos, cuidar ancianos, enseñando, o simplemente, ayudando a los demás. Yo lo encontré cuando mi abuelo enfermó. ¿Y a ti? ¿Te has encontrado con Dios?

Vicenzo Andraous

           “Jesús es mi mejor amigo”. Recibió la condena de cadena perpetua por los tres asesinatos que cometió años atrás. Desde su infancia, consiguió respeto mediante la violencia. “Desde ahí comencé a bajar a los infiernos. 
            Finalmente conoció a un capellán y este mismo le cambió radicalmente su raciocinio. Vicenzo entendió que el perdón es algo que hay que hacer en privado todos los días. “Trato de pedir perdón todos los días con mi testimonio en reuniones con jóvenes y en todas partes”. “No puedo hacer más, aunque tengo la sensación de que alguien ya me ha perdonado”.

       Entiendo que ahora se arrepiente. Y efectivamente reflejo su frase “Imagínese si hubiese invertido toda la energía que invertí haciendo el mal en el bien”. Es posible que no estuviera con cadena perpetua. Pero, posiblemente, no hubiera conocido a Dios. Como ya he dicho antes, cada uno conoce a Dios de una manera especial. Si Dios decidió que se presentaría en él cuando estuviera en la cárcel, es su voluntad. Vicenzo “sufre” a su manera su “castigo” pero ha conocido a Dios.

Antonio Rodríguez (Padre Toño)

           Decidió irse a Salvador y rehabilitar a los jóvenes pandilleros, sumidos en las drogas y la violencia.
              Increíblemente le denciaron y le prohibieron la entrada a Salvador. “Mi único pecado es que empecé a trabajar con la gente sin derechos”

           Mi última entrada lo dice bien claro. Los pandilleros vivían en su propio bien y así eran felices. Una vez llega Antonio Rodríguez; las múltiples charlas no gustaban a los pandilleros así que como escape prefieren denunciarlo y no recibir ayuda. Recuerdo un exemplo del Libro de las bestias: un mono estaba quemando un trozo de madera para comérselo. Dos cuervos estaban encima de un árbol y uno gritó al mono que no iba a conseguir nada. Se acercó a decírselo para que le hiciera caso y este se lo comió de un bocado. No ofrezcas ayuda a quien no lo necesita (podría ser la moraleja).

Carmen Hernández 

            Carmen, mujer se Jesús María Pedrosa, fue a charlas después del incidente. “Al principio dientes la rabia, el dolor, la impotencia”. Y es que no se puede vivir con rencor, la impotencia. Sólo consigues vivir tú mismo con dolor, incluso más que el causante. Ella, delante de un preso cualquiera dijo: “La suya y la mía son historias muy tristes”.
              La fe en Jesús le ha ayudado: “Perdonar es una liberación”. Jesús nos ha enseñado que en el Evangelio que hay que perdonar y yo lo he asumido. Me he liberado, tengo una gran tranquilidad.

             Carmen es un claro ejemplo práctico de La Cabaña. Hoy en día la gente se olvida de perdonar y se centra en vengarse. Es por eso que vamos camino a la tercera guerra mundial, por lo que no vamos adelante en la moralidad. Podríamos decir que la venganza es un mal universal.

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