¿Hablemos?

HABLEMOS

          Hoy he tenido una pequeña charla ideológica con mi familia. Hoy hemos ido a ver a mi abuelo; de paso, nos hemos quedado allí una o dos horas a lo sumo. Hablando por hablar ha salido un tema.

• Pena de muerte

          Resulta que han ido apareciendo una serie de carteles por todo el pueblo. Tres jóvenes, según la dicha, asesinaron a un tal Maiquel Navarro. Mi abuela ha dicho que no estaba bien, qué inteligente ella, pero mi madre enseguida saltó diciendo “Yo les daba de su propia medicina, los mataba”. Yo, que enseguida salto por cualquier cosa dije: “Ya, pero entonces tú te convertirías en ellos, los asesinas”; “Sí pero en un caso matas a un inocente y en el otro a los culpables” dijo mi abuelo. Voy a ponerlo en estilo directo:

- Entonces si una persona atropella a otra de manera involuntaria; se cruzó en un sitio que no era paso de peatones, por ejemplo - dije.

- En ese supuesto caso, no habría que matarlo- dijo el sabio.

- Sí hombre... ¿Y si es un padre que viola a su hijo y luego lo mata, qué?- saltó mi madre.

- Ese debería pasar un largo tiempo en la cárcel y acabar ahí pasándolo mal- tosió la que hasta el momento había estado cosiendo un gorro de lana para su nieta.

- Ese debería morir sufriendo en una silla eléctrica; así seguro que se le acaban las ganas de... - mi madre comentó.

- Ese tiene algún problema en la cabeza o enfermedad; una persona coherente no hace esas cosas. No es su culpa, es la culpa de sus padres por educarlo de esa manera.- sentenció el buen anciano. 

          Esto me lleva a pensar... ¿Dónde está el límite entre el bien y el mal? Para lo que algunos es el bien para otros es el mal. Esta idea implica que quién está haciendo el mal está haciendo su propio bien. Un ladrón no roba porque le apetece, lo hace porque necesita hacerlo por circunstancias determinadas. 

          En el primer caso que ha surgido (el asesinato), siguiendo esta idea, los asesinos lo hicieron por algún motivo que para ellos era el camino para encontrar el bien. Igual Maiquel era un estorbador para sus “amigos”. Los demás sólo comentamos desde el punto de vista objetivo, sin valorar la inocencia de los implicados. Cito un evangelio “Quién esté libre de pecado que tire la primera piedra” (Juan 8: 7).

           Por otra parte, el segundo caso (violación + asesinato), partimos de que el niño no puede ser culpable de nada, que no tiene porque pagarlo él, diríamos; y es que el padre, por consecuente, es el mulo de la culpa. Que debe pasar por lo mismo que El Niño, que no, que sí... Bueno, yo discrepo aquí pues como dice mi sabio favorito si tiene una enfermedad no es su culpa, pero tampoco tiene porque ser de los padres. Lo dicho, el papá para su moral es correcto lo que hizo. Eso no quita que no tuviera motivos, que es totalmente diferente.

           Me atrevería a decir que uno no hace mal, y menos a sí mismo, hace bien para él aunque a veces eso implique que se haga el mal ajeno.

            En definitiva, cada persona barre para su casa aunque a veces te llevas hojas de la puerta del vecino.

¿Dónde estará Dios aquí? Esto me pregunté al llegar a casa. Acabé relacionando la futura respuesta con la película que estamos viendo: “La cabaña”. En ella, sugieren el tema de juzgar. Que no siempre es fácil juzgar o que no se puede. Dios quiere el bien de cada uno de sus hijos pero en el segundo caso ¿dónde está Dios? La película nos enseña que Dios no es capaz de juzgar aunque sí decide quién tendrá que remendarlo. La hija del protagonista está ya en el cielo mientras que el otro deberá pasar un tiempo en el purgatorio, nos ha revelado Fernando.

Me he dispersado, voy a dejar dos preguntas en el aire:

• ¿Entran en juego tus seres queridos en decidir si algo es correcto o no?
• ¿Has juzgado a alguien sin saber toda la información al respecto? ¿Has hecho algún prejuicio?

Nada más que decir. Buenas noches y disfruta de la canción: